Opinión | ANÁLISIS
Luis Sánchez-Merlo
"No se puede ir al Tour sin bici" / LNE
Sin mayoría social (faltaron los votos que le hubieran asegurado gobernar en solitario) ni mayoría parlamentaria (al ser circunstancial e irse evaporando, se ha quedado sin artillería para cumplir sus promesas), el presidente del Ejecutivo no renuncia a seguir gobernando, convocando elecciones.
En reunión grave del partido –fuente de legitimidad– produjo estupor su declaración de intenciones: "Vamos a gobernar con o sin apoyo del poder legislativo, que necesariamente tiene que ser más constructivo y menos restrictivo".
ANÁLISIS
POLÍTICA
Los crédulos –con intereses materiales tangibles– no aflojaron el frenesí aunque, con el regocijo, quisieran disimular que no han sido consultados sobre los indultos a los sediciosos, la reforma del Código Penal, ni la Ley de Amnistía.
Tampoco sobre el Concierto –pago del segundo rescate, para sacar a Cataluña del régimen común de financiación de las comunidades autónomas– ataviado de financiación singular y cocinado de manera encubierta, al margen del parlamento.
En un mar de escepticismo, los socios de coalición ven inviable gobernar sin presupuestos y sin mayoría parlamentaria. Y el avispado de guardia no ha tardado en echar mano de un símil deportivo –"el Tour y la bici"– para visualizar la anemia parlamentaria.
A caballo entre la perplejidad desmoralizada y el estupor melancólico, resulta fundado echar un vistazo al trasfondo de las cosas y preguntarse qué es lo que ha querido decir: ¿bloquear la Cámara Baja, como tanteado con la Alta? o ¿renunciar a presentar proyectos de ley, recurriendo a los socorridos decretos, al no contar con los votos necesarios?
A fin de........