Parecemos un rebaño perdido. Quienes escribimos sobre la situación política de Bolivia, tanto leernos a nosotros mismos, sonamos como balidos de oveja. En un principio era como escuchar al carnero extraviado, pues nos causaba alarma, curiosidad y pena. Pero a medida que pasó el tiempo, el balido individual se fue generalizando y de ovejas extraviadas pasamos crecientemente a ser varios y muchos que damos señales de alarma cada vez mayores y generalizados, pero que ya sólo aturden.
“… ante el desastre, algunos se preguntan ¿Por qué?
….el hombre libre se pregunta ¿Qué hago?
Anónimo
Hasta que nos acostumbramos al constante quejido, cacofónico y aburrido. Todos decimos casi lo mismo, repitiendo el diagnóstico ya casi generalizadamente conocido y trillado. Y esos balidos se han tornado en un murmullo mantra que nos conduce al adormecimiento, la abulia y la desesperanza. Ahora, ese rebaño deambula sin norte y se pierde en la noche del socialismo extraviado, repitiendo éste hasta el cansancio que estamos bien y que nada pasa, en una suerte de alucinación que ya bordea en la demencia, mientras el rebaño va cayendo uno a uno por los desfiladeros de la desinformación, la injusticia y la represión.
Luego sobrevino el embotamiento. Enfangados, en el diagnóstico y la queja constante, estamos paralizados. Y ese........