La gasolina más cara es la que no hay
Después de infinitos ruegos y algo de drama, sectores productivos y transportistas lograron que el gobierno “libere” la importación de gasolina y diésel. Y así, cual mago en show de medianoche, el Decreto Supremo 5271 ve la luz. Pero que nadie se confunda: no es una capitulación del Estado frente a la mano invisible del mercado, ni un acto de generosidad. Es una “liberación” temporal y controlada, como quien da permiso a su hijo para ir a la esquina, con la condición de que vuelva en cinco minutos. Una liberación deslactosada y con fecha de expiración.
El decreto, con su elegancia burocrática, permite a privados importar combustibles… ¡por un año! Imaginen a un empresario: “Invierto en logística y transporte, pero solo tengo 12 meses para recuperar mi dinero. ¿Un negocio así quién lo toma en serio?” Pero claro, el Estado afloja su agarre solo un poquito y, en ningún caso, suelta el monopolio.
Como es natural, esta “liberación” viene con su respectiva dosis de trámite, sello y papelería. La normativa establece que personas naturales y jurídicas que incluyen a las gasolineras, podrán importar, hidrocarburos previo registro y autorización de la autoridad nacional de hidrocarburos (ANH) y Viceministerio de Defensa Social y Sustancias Controladas. No vaya a ser que los narcos se dediquen a importar gasolina y aprovechen para traer precursores. Pero demos el beneficio de la duda. Habrá que esperar la reglamentación de este Decreto........
© El País
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