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El Movice

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12.03.2025

El nuestro, además de ser un conflicto violento que se ha extendido en el tiempo y en el territorio, tiene la dolorosa característica de ser profundamente degradado. Cualquier límite concebido, como el Derecho Internacional Humanitario (DIH), para evitar los desbordamientos que conducen a la crueldad y la barbarie ha sido traspasado una y otra vez por los actores en contienda, esto es, tanto por los distintos grupos ilegales, llámense paramilitares, guerrillas o disidencias como, en no pocas ocasiones, por el propio Estado.

Que los ilegales apelen a repertorios de violencia que afectan la esencia de la dignidad humana será algo siempre condenable. Pero las circunstancias en las que es el propio Estado el que incurre en prácticas ilegales y de inhumanidad es algo que, además de repudiable, no admite ninguna justificación.

El Estado es la expresión jurídico-administrativa que nos permite tener una vida armónica en sociedad. Supone el........

© El País