Los fantasmas de las clases populares
Aumento galopante del precio de la canasta familiar, filas por abastecimiento de alimentos y combustible, gasolinazo velado como “premium” y ahora quizás aumento de pasajes. Golpe tras golpe en la economía cotidiana como consecuencia de una gestión extraviada, pero la protesta social tarda en llegar. Sube lentamente, va y viene, desconcentrada y diluida en su propia apatía. Le cuesta.
Aunque parezca contradictorio en un momento en el que todo y todos se acusan de estar politizados, el problema en este caso es precisamente la falta del componente político: la convocatoria que prenda la mecha y ordene las voluntades.
El MAS intenta, pero es casi como el golpe de un fantasma, atraviesa los cuerpos que quiere empujar. Le acechan sus propios fantasmas. Logra, no obstante, con........
© El País
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