Solidaridad y civilización
Quienes —por razones familiares—, hemos estado siguiendo de cerca las noticias de los efectos del temporal en el levante español, que ha dejado más de dos centenares de víctimas mortales y muchos pueblos valencianos arrasados por el agua y el lodo, no podemos dejar de emocionarnos por esa marea humana de solidaridad con los afectados de la tragedia.
Un río incesante de personas —la mayor parte, bastante jóvenes— con cubos, escobas, palas, comida y botellones de agua caminan kilómetros para ayudar a quienes lo han perdido todo bajo el lodazal. Es la gente común ayudando a otras gentes que no conoce, vecinos velando por sus vecinos. Una impresionante solidaridad movilizada que, de manera espontánea, se alista y organiza un ejército vecinal sin uniforme.
Conmueve —hasta las lágrimas—, presenciar a miles de voluntarios pisar las calles embarradas y ofrecer su esfuerzo físico para intentar reparar, en algo, el desastre provocado por el fango que lo ha cubierto todo. Estas acciones y muestras de solidaridad, sin........
© El País
visit website