La protección de la ley internacional

La flagrante violación de la Convención de Viena, con la incursión por la fuerza de la policía ecuatoriana en la sede de la Embajada de México para detener al exvicepresidente Jorge Glas, a quien el gobierno mexicano había concedido asilo, justificada por el Gobierno de Ecuador por el “riesgo real de fuga inminente” y por no tratarse de un “perseguido político”, sino de una persona acusada de corrupción ya condenada por las autoridades judiciales de ese país, trae a la memoria el célebre aparte de la obra teatral de Robert Bolt “Un hombre para la eternidad”, base del guion de la película del mismo nombre.

En ésta, el canciller Tomás Moro tiene el siguiente diálogo con su esposa, su hija y su yerno, a propósito de un oscuro personaje: “Roper: Arrestadlo. — Alicia: ¡Sí! — Moro: ¿Por qué? — Alicia: ¡Porque es peligroso! — Roper: Por calumnia; es un espía. — Alicia: ¡Lo es! ¡Arréstalo!.— Margarita: Padre, ese hombre es malo.— Moro: Eso no........

© El Nuevo Siglo Bogotá