Tiene razón Moisés Naím cuando señala que el final de la presidencia de Trump no significará el fin del trumpismo, y que la influencia de sus métodos perdurará, como en el caso de otros liderazgos con similares características, con representantes conocidos en cada extremo del espectro ideológico, caracterizados por el autoritarismo, el nacionalismo irracional, el anti intelectualismo, el oportunismo desbordado, la hostilidad respecto de las reglas, las instituciones, los límites y controles del poder, y por una animosidad feroz frente a sus adversarios políticos -tratados no como compatriotas sino como enemigos que deben ser destruidos-, de la misma manera que frente a cualquier organización o individuo que no atienda sus dictados.
Ya se está viendo en estos días de lo que son capaces con tal de complacerlo varios de sus pretendidos herederos........