Es innegable que estamos viviendo un regreso a épocas de horror que creíamos superadas. Las estaciones de policía se han convertido nuevamente en el blanco preferido, o quizá obligado, de aquellos que buscan desestabilizar nuestra sociedad. Este retorno a un escenario de violencia y terror es inaceptable. Nos recuerda tiempos en los que el narcotráfico y la subversión se unieron para hacer de la Policía Nacional su enemigo permanente, evitando el enfrentamiento directo con las fuerzas militares y volcando toda su capacidad bélica contra la policía.
Nuestra institución, comprometida con la seguridad ciudadana en cumplimiento de su misión constitucional, se encontraba en desventaja frente a una arremetida febril y guerrera; la........