Va de un lado para el otro, como un superhéroe, siempre buscando salvar a la humanidad. En este momento se cree redentor de la democracia global y desde Guatemala, en donde estaba salvando la democracia del mundo, vuela a Davos en Suiza a salvar el planeta. No importa que haya al momento cuarenta muertos en Chocó. Para eso está Francia…

Aunque el aporte de Colombia al calentamiento global es inmaterial, desde Davos se anuncia que no se contratará más exploración de petróleo. Mientras tanto se inaugura la Casa Colombia en la main Street de Davos para atraer inversionistas y turistas al “país de la belleza”. La Casa Colombia, cuyo alquiler nos costó un millón de euros, ofreció café de origen colombiano pero la marca del café no era la de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia sino la de una empresa española denominada Supercafé.

Se necesita ser un supercafre para ofrecer café colombiano, pero bajo una marca comercializada por españoles ¡en la Casa Colombia! cuyo propósito era promocionar productos 100% colombianos… Y todo por el odio personal que el presidente de la república de Colombia tiene por la marca Juan Valdez el producto oficial de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.

Yo no creo que la institucionalidad la pueda representar alguien que se empeña en destruir las instituciones. ¿O sí? En destruir lo construido, lo institucionalizado, lo que ha tomado décadas en ganar reconocimiento mundial. Juan Valdez es precisamente eso: una institución una cosa establecida o fundada en este caso desde 1927 cuando los cafeteros colombianos se unieron con el fin de crear una organización que los representara nacional e internacionalmente. Federación que es considerada hoy en día como una de las ONG rurales más grandes del mundo. ¡Toda una institución!

A Petro lo defienden y quienes lo hacen resaltan que Petro representa la institucionalidad y que se le reconozca como tal gústeles o no por el hecho de ser el presidente de la república de Colombia. Y tal vez eso tiene sentido si uno reconoce unas reglas del juego. Pero es un total despropósito que quien “representa la institucionalidad” pretenda borrar y hacer invisibles instituciones importantísimas porque no le gustan... Pues gústele o no a Petro, el campesino y el burro que identifican a Juan Valdez simbolizan precisamente el arquetipo del campesino colombiano ese de la región cafetera de Colombia que, con su carriel, poncho, alpargatas y demás elementos clásicos del arriero son la imagen que muchos en el exterior tienen de Colombia.

Entonces por eso la Casa Colombia no fue la casa Colombia sino la Casa colombo – española. Y es la casa que no quiso lo colombiano pues qué otro producto (legal) es más colombiano y conocido en el mundo que la marca Juan Valdez…

Resulta reprochable e inexplicable y debería exigírsele respeto al presidente de la república “quien representa la institucionalidad” por las importantísimas instituciones que han identificado a Colombia desde antes que incluso el naciera.

Casa innecesaria que además no visitó nadie aparte de la comitiva colombiana…

juanfelipereyes@hotmail.com

QOSHE - La Casa colombo – española - Juan Felipe Reyes
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La Casa colombo – española

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19.01.2024

Va de un lado para el otro, como un superhéroe, siempre buscando salvar a la humanidad. En este momento se cree redentor de la democracia global y desde Guatemala, en donde estaba salvando la democracia del mundo, vuela a Davos en Suiza a salvar el planeta. No importa que haya al momento cuarenta muertos en Chocó. Para eso está Francia…

Aunque el aporte de Colombia al calentamiento global es inmaterial, desde Davos se anuncia que no se contratará más exploración de petróleo. Mientras tanto se inaugura la Casa Colombia en la main Street de Davos para atraer inversionistas y turistas al “país de la belleza”. La Casa Colombia, cuyo alquiler nos costó un millón de euros, ofreció café de origen colombiano pero la marca del café no era la de la Federación Nacional de Cafeteros........

© El Nuevo Siglo Bogotá


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