Marcianadas y otras palabras |
Cada diciembre, cuando el calendario se pone solemne y la lengua se despereza, la Real Academia Española nos recuerda que el idioma no es un museo de cera, sino un organismo vivo, inquieto y, a ratos, descaradamente travieso. La presentación de la versión electrónica 23.8.1 del Diccionario de la lengua española (DLE), antesala de la edición 24.ª prevista para 2026, confirma una vez más que el español no solo nombra el mundo: lo comenta, lo ironiza y, cuando hace falta, lo caricaturiza.
Entre las novedades de este año hay palabras que parecen salidas de un laboratorio -gravitón, termoquímico, ovulatorio- y otras que brotan del habla cotidiana, de la calle y de las redes, donde la lengua se mueve sin pedir permiso. Que convivan en el mismo diccionario el rigor de la física y la desenfadada marcianada dice mucho de la saludable heterogeneidad del........