En todas las guerras de la era moderna se han dado tanto acciones de grandeza nobleza y heroísmo como de cobardía, bajeza y maldad realizadas mayoritariamente por militares profesionales de las partes contendientes. Sin embargo, el auténtico heroísmo, y la inherente nobleza, se ha ido oscureciendo paulatinamente hasta casi desaparecer en nuestros días en un proceso decadente que inició desde el momento en que se inauguraron los bombardeos a ciudades durante la segunda guerra mundial.
Es que desde aquel momento en adelante los conflictos bélicos han afectado cada vez más a civiles inocentes pese a la “espada de Damocles” representada por la Corte Penal Internacional y la normatividad del DIH. Por esto, en las guerras del presente los actos nobles incluyendo los heroicos, tienden a provenir más de los civiles que de los militares.
Ilustrando lo anterior, en esta última columna del año transcribo un artículo de Michael Cook publicado en el blog Bioedge del proyecto Bioética........