Por el lado de la filosofía considero que voy haciendo avances prometedores de la mano de nuestro pensador coreano favorito, Byung Chul Han, y algunos teóricos del Derecho que han vuelto a mi vida como fantasmas de las navidades pasadas para enredarme entre sus reflexiones jurídicas. Con la ópera, en cambio, mi proceso avanza a un ritmo marcadamente más lento (aunque ahora no me duermo y para mí eso ya es una gran victoria), situación que de momento no me inquieta y que le achaco a mi más que evidente falta de costumbre.
Mi camino hacia el autodidactismo operístico comenzó años atrás en Viena, donde tras un buen trozo de la receta original de la tarta Sacher, nos dirigimos con mi novia al colosal edificio de la........