Así el IBAL tendría dolientes, pues los usuarios podrían participar de la gestión (asambleas, junta directiva, comités) y de las utilidades que, de hecho, rebajarían el valor del recibo. Igual muchas empresas privadas podrían compartir con sus trabajadores, bajo sesudo reglamento, paquetes de acciones o cuotas de capital que afirmarían su compromiso con los fines de aquellas empresas, su competitividad y el espíritu emprendedor, pues más tolimenses serían dueños de algo. La última idea no gustará al avaro ni a la izquierda ortodoxa que niega la coexistencia de una economía diversa y polifuncional.
También explico la economía popular recordando a Cooperamos, que alcanzó a operar cerca del 15% del ahorro privado del Tolima y se........