La revolución, lejos de ser una amenaza, es una etapa más del progreso de las organizaciones. El desafío es adaptarse, atraerlos y lograr nuevos avances.
Durante muchos años se habló de las “empresas del siglo XXI” como una manera de pensar el futuro, pero todavía no sabemos bien de qué se trata. Lo que sí podemos afirmar es que en estos primeros 24 años la habilidad más necesaria es la adaptabilidad al cambio.
¿Quién puede ser mejor que la generación que nació con un smartphone, atravesó una pandemia inesperada y ahora está experimentando con la inteligencia artificial al mismo ritmo que las grandes compañías?
No hay nadie más preparado que la Generación Z para los años que se vienen. El desafío es dejar de pensar en cómo incluirlos al sistema y, en cambio, construir organizaciones más alineadas con sus valores para que se transformen en los abanderados del éxito.
En un mundo laboral en un contexto tan cambiante, hay algo innegociable: la actitud de estar en Beta continuo. Esta misma filosofía ha sido adoptada por muchos de los líderes visionarios de hoy, desde Marc Benioff hasta Jensen........