De nuevo Jaime Guzmán

Este enfoque permite entender el proyecto de Kast no como una anomalía autoritaria, sino como una respuesta coherente, desde su propia tradición intelectual y política, a un ciclo que evidenció –a su juicio– los riesgos de una democracia ampliada sin resguardos institucionales fuertes.

El triunfo presidencial de José Antonio Kast puede ser abordado desde múltiples registros interpretativos. Puede leerse como un cambio de ciclo político articulado en torno al eje Apruebo/Rechazo; como una restauración conservadora tras un período de alta movilización social; como un cambio de eje político producto del voto obligatorio; como la expresión local del avance global de las derechas populistas; como un reordenamiento de los partidos de la transición agotados por la pérdida del clivaje democracia/dictadura; como resultado del fracaso estratégico de las izquierdas, ya sea por su deriva identitaria, por errores de gobierno o por la incapacidad de traducir demandas sociales en políticas efectivas; o, simplemente, como parte de un péndulo electoral cada vez más líquido, despolitizado y crecientemente antiincumbente. Todas estas lecturas aportan elementos relevantes.

Esta columna propone otra entrada: examinar el triunfo de Kast desde la trayectoria intelectual de la derecha chilena que él encarna y desde su articulación con el presente político. En particular, interesa analizar su vínculo con el pensamiento de Jaime Guzmán, no como herencia doctrinaria estática, sino como matriz interpretativa del ciclo político reciente.

En una entrevista reciente, José Joaquín Brunner sostuvo que, de vivir hoy, Guzmán probablemente estaría liderando una parte del bloque de las actuales........

© el mostrador