El suicidio de Catalina es eminentemente un problema estructural, que habla de la deficiente organización social del trabajo, la normalización del maltrato fuertemente arraigada a algunas culturas laborales y la débil institucionalidad en el ámbito de la gestión del riesgo psicosocial.
El suicidio de Catalina Cayazaya, estudiante que estaba realizando su práctica profesional en un establecimiento de salud y fue víctima de acoso, no ha pasado desapercibido y ha generado conmoción, puesto que no solo vuelve a poner sobre la mesa el tema de la presión, precarización y malas condiciones de trabajo en el sector salud, sino que también hace alusión a la dura realidad a la que se enfrentan quienes están ingresando al mundo laboral, cuando se insertan en culturas organizacionales en las que el autoritarismo, conductas abusivas y el acoso laboral se encuentran fuertemente arraigadas y normalizadas.
Aun cuando existe la tendencia a poner el foco de atención en las características personales de las víctimas, es importante comprender que el suicidio a causa del trabajo trasciende lo personal, tanto a nivel de la víctima como del acosador(a) o los acosadores(as): esta es una conducta dirigida relacionada con la organización del trabajo y su contexto social.
Apelar a la fragilidad, la sensibilidad o la vulnerabilidad de una persona, no solo es desconocer el origen del........