“Legislar con urgencia, pero no en caliente”… en el país amnésico

Por supuesto, aspiraría a que nuestros parlamentarios no legislaran “en caliente”, pensando en el momento, en el caso específico y particular. Capaz que en un corto tiempo estemos de nuevo discutiendo sobre revertir el divorcio, aborto, pena de muerte y otros.

La frase corresponde el Presidente Gabriel Boric. El Mandatario señaló: “Las cuestiones permanentes tienen que legislarse con urgencia, pero no en caliente (…). Con la seguridad no se improvisa y acá no se trata de quién grita más fuerte”. Por supuesto, de inmediato la derecha saltó a coro criticando la declaración y un sector de la prensa interpretó que esto reabría “el debate del rol errático del gobierno ante la agenda de seguridad” (sic, La Tercera). Lo más llamativo de todo es que la exaltación de esos actores –incluido, por supuesto, el propio oficialismo– se da con cero autocrítica por los escasos avances en el Congreso en proyectos clave, no solo los de seguridad, sino también los otros que le importan a la gente, como el de pensiones que ha fracasado en los dos gobiernos anteriores.

Aunque no debería extrañarnos, el Parlamento ocupa el último lugar en reputación de todas las instituciones que existen en este país. De hecho, sin ningún tipo de autocrítica –y, menos, vergüenza frente a la ciudadanía–, ambas Cámaras, en un derroche de populismo mediático, anunciaron que cambiarían la semana distrital para dedicarse a avanzar en las leyes de seguridad. Ojalá hubieran tenido el mismo entusiasmo antes, así como para legislar en otros proyectos importantes, como ya señalé. Sí encuentro interesante la medida, porque marca un precedente para reformar la manera en que el Congreso desarrolla su trabajo. No sería malo hacer cambios estructurales para cambiar el actual rumbo de tortuga con que........

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