¿Tormenta en Bolivia?
En el último tiempo hemos construido con Bolivia una mirada común que facilita el tratamiento de temas de mutuo interés, como el tránsito, los temas de frontera y el combate al delito organizado. Son temas que van en beneficio de ambos Estados.
El clima político y social en Bolivia trae nubarrones de tormenta. Esta vez, la escasez de divisas, provocada en gran parte por la caída de las exportaciones de gas e hidrocarburos, en general, acarrea penurias al normal funcionamiento de la economía. Cae la capacidad de sostener el ritmo de importaciones que necesita el aparato productivo y, por cierto, la escasez de dólares rebota en su encarecimiento.
En efecto, el valor oficial del dólar está en cerca de 7 bolivianos por dólar, pero a ese precio es virtualmente imposible conseguirlo. En el mercado de casas de cambio el dólar fluctúa alrededor de los 12 bolivianos y, como es de entender, todos los productos importados experimentan alzas. El caso más sonado es el del diésel, cuya escasez se nota en las largas filas de vehículos esperando reabastecerse. Sube el combustible, suben por ende los servicios de transporte y todo ello se traspasa al precio de los productos. Eso se nota en ferias y supermercados. El quintal de arroz se vende en 400 bolivianos en la empresa estatal Emapa, comparado con los 300 que costaba hace poco.
Las reservas han caído con rapidez. Tras disfrutar el alza y bonanza del gas, las exportaciones experimentaron una caída creciente y ello fue mermando paulatinamente los recursos fiscales. Luego, sobrevino la crisis política que desembocó en la caída del Gobierno de Evo Morales y su posterior exilio en México; el Gobierno de la presidenta Jeanine Áñez (hoy presa) y luego la pandemia. Tras ello, la convocatoria a elecciones y el triunfo del exministro de Evo, Luis Arce Catacora.
Si bien Arce ganó con las banderas del Movimiento al Socialismo (MAS), el oficialismo empezó a resquebrajarse. Las causas de esto están por descifrarse, pero preliminarmente se pueden mencionar dos grandes vetas: por un lado, la disputa por la hegemonía dentro del MAS, entre los liderazgos del presidente Arce, por un lado, y el liderazgo político que Evo Morales reclama para sí. Esta contienda ha terminado por llegar a un punto de virtual no retorno.
No solo es disputa en las alturas del MAS, sino que también influyó el periodo en que gobernó la administración Áñez y su........
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