En todo este abanico, ¿hay un terreno común que identifique a las izquierdas?
Las izquierdas, en plural, ha vuelto a replantearse en el debate político a propósito de la parodia de las elecciones presidenciales venezolanas. Ha sido un vistoso parteaguas en la izquierda oficialista chilena. Nada inédito por lo demás, pues no hay una sola, acotada y única izquierda, ni en Chile ni en el mundo.
No se trata de husmear filosofías o sacar lustre a olvidadas ideologías acerca de qué es ser de izquierda, hoy y en este país, que para líos mundiales ya tenemos suficiente. Ciertamente la filosofía política es un buen camino, serio y gratificante intelectualmente, pero poco práctico en el formato de una columna. Digamos que por izquierda entiendo ante todo valores asociados a la llamada sensibilidad social, por cierto una virtud no exclusiva de ella. Hay ecologistas, animalistas o veganos de izquierda y de derecha. Algunos pensadores creen que ya no hay izquierda ni derecha, atractivo tema con ribetes académicos, pero la obcecada gente común y políticos, periodistas, militantes y opinólogos siguen hablando de izquierda, jugando, eso sí, a montarle apellidos: revolucionarios y reformistas, demócratas y autócratas, pacifistas y belicosos, marxistas y liberales, elitistas y populares, cristianos y laicos. Aplicando grados, nos encontraremos con izquierda moderada, más izquierda, izquierda radical, izquierda más radical, o casi izquierda. Como un termómetro de izquierdismo.
Debemos decir que, a lo largo de décadas, la izquierda ha ido mutando identidad, recogiendo nuevos........