Tensiones entre la ciudadanía, los movimientos sociales y las élites: el nuevo informe del PNUD
El actual informe intenta responder a la pregunta de por qué se entrampan cambios largamente demandados por la ciudadanía y, convocando a una conversación nacional, propone como hipótesis que ello se asocia a “las insuficientes capacidades de la sociedad chilena para conducir los cambios sociales”.
Después de 10 años, el PNUD ha entregado al país un nuevo Informe sobre el Desarrollo Humano en Chile, que lleva como título ¿Por qué nos cuesta cambiar? Conducir los cambios para un Desarrollo Humano Sostenible, que todo interesado puede descargar del sitio web de la institución. Como fue el caso de informes anteriores, el PNUD se enfoca en temas de importancia fundamental para el desarrollo del país.
Es recordado el informe de 1998, que dejó en evidencia que el fuerte crecimiento económico experimentado bajo los gobiernos democráticos no llegaba a todos los chilenos. El Informe sobre Desarrollo Humano de 2004 constató un escenario de gran desmovilización de la sociedad civil. En ese entonces planteó que la sociedad civil no disponía de “las capacidades de acción ni influencia suficientes para ser considerada como un contrapeso eficaz del poder”. Esta situación se asociaba a causas como –entre otras– la atomización generada por la sociedad de mercado, la desarticulación de los actores sociales en dictadura y la desmovilización hacia abajo promovida por la Concertación de Partidos por la Democracia, ante el peligro que percibía en la acción colectiva para la fragilidad de la democracia (PNUD, 2004: 240).
Esta situación variaría radicalmente a partir de 2006 y más fuertemente a partir de las movilizaciones estudiantiles de los años 2011 y 2012, quedando en evidencia que, junto a un mayor individualismo, existían impulsos de acción colectiva.
El actual informe intenta responder a la pregunta de por qué se entrampan cambios largamente demandados por la ciudadanía y, convocando a una conversación nacional, propone como hipótesis que ello se asocia a “las insuficientes capacidades de la sociedad chilena para conducir los cambios sociales”. Mientras que el debate político habitual y, también, la conversación de la ciudadanía tiende a achacar estas dificultades, exclusivamente, a ”la clase política”, el informe lo asocia, con razón, a una constelación compleja de relaciones y factores que interactúan y no de manera siempre coherente.
En efecto para el informe, el éxito o fracaso de la conducción social de los cambios “depende de la relación entre actores sociales (élites, movimientos sociales y ciudadanía), los cuales a su vez están condicionados por las subjetividades (las emociones, por ejemplo), los discursos públicos (referidos, por ejemplo, a las propuestas legislativas de cambio) y las instituciones” (PNUD 2024: 15). El informe propone el concepto “capacidades sociales para la conducción de los cambios” para evaluar, desde una perspectiva sociocultural, el grado habilitador o inhibidor de cambios sociales que poseen tanto la relación entre los actores sociales como los factores que la condicionan en un contexto sociopolítico dado.
Pese al título, el informe constata que la sociedad chilena presenta un gran dinamismo; la población ha aumentado y envejecido; ha habido una notable reducción de la pobreza; la sociedad........
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