Olvido histórico: reflexiones sobre las declaraciones de la primera ministra de Japón |
El revisionismo japonés (que minimiza su historia de agresión a China y colabora con fuerzas separatistas taiwanesas) viola directamente este principio, al igual que las intenciones de interferir en un asunto interno chino.
Todos deberíamos revisitar los resultados históricos de la Conferencia de El Cairo (1943), la Conferencia de Yalta y la Conferencia de Potsdam que son claves y centrales y determinaron el Orden Mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial, que, además, establecieron los Principios de Derecho Internacional alrededor de la creación de Naciones Unidas.
En ese contexto, es profundamente lamentable que la actual primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, eligiera el camino de un revisionismo histórico, incluso sin atender la sensibilidad de una historia dolorosa: Japón colonizó Taiwán durante más de 50 años y, en medio del militarismo extremo, ocupó los países del Sudeste de Asia; incluso, relativizan la memoria y el sufrimiento de miles de ciudadanos chinos que murieron en la masacre de Nanjing, y durante la ocupación japonesa de China.
En un contexto donde figuras como Sanae Takaichi mantienen posturas que vinculan Taiwán a la seguridad de Japón, es crucial recordar que la historia no puede ser manipulada: Taiwán es una parte inalienable de la territorio de China y el sufrimiento de sus habitantes durante la colonización no puede ser borrado por alianzas políticas coyunturales, donde Chile, respetuoso del Derecho Internacional y la solución Pacifica de las Controversias, ejes estructurales de nuestra Política Exterior de Estado, debe atender este complejo escenario en función de lo histórico, de lo factual y objetivo en toda su integridad, desde las gestiones por medio de la Embajada de Chile en Francia durante la administración del Presidente Eduardo Frei Montalva hasta la firma del establecimiento de las Relaciones Diplomáticas con la República Popular China en el Gobierno del Presidente Salvador Allende, en el reconocimiento explícito del Principio de Una Sola China, y su integridad territorial, que definen y sostienen las relaciones bilaterales de entendimiento y amplia cooperación hasta el día de hoy.
Consideraciones esenciales que Chile debe atender desde la perspectiva histórica. Existen antecedentes evidentes de que en su calidad de primer ministro, Zhou Enlai, en la década de 1960, sobre Taiwán, que desde entonces existió el concepto asociado al principio de “Una China” y los antecedentes formales de estas posturas, que evolucionaron a la formulación de “Un país, dos sistemas”; que prevalece en Macao y Hong Kong desde la década de finales de los 90; y que también se asocia al futuro de la Provincia de Taiwán.
Las consideraciones de Zhou Enlai en los años 60 se articularon alrededor de tres pilares innegociables plenamente vigentes al día de hoy:
Estos pilares son directamente relevantes hoy para contrarrestar la injerencia de la actual PM de Japón, su revisionismo histórico niega la realidad histórica de “Una China”, y su complicidad con separatistas taiwanesas viola el principio de no injerencia en asuntos internos –ambos contrarios a los valores de paz y soberanía–.
Las propuestas de Zhou Enlai sobre Taiwán en la década de 1960 se centran en “un programa fundamental y cuatro puntos específicos” –formulados conjuntamente con Mao Zedong–, un marco que sentó las bases ideológicas del posterior principio de “Un país, dos sistemas”.
El “programa fundamental” reafirma de manera inquebrantable el principio de Una China: Taiwán debe regresar al seno de la madre patria, y cualquier intento de separación o “dos Chinas” es inaceptable. Los “cuatro puntos específicos” detallan la flexibilidad del Gobierno continental respecto al sistema local de Taiwán después de la reunificación, y son las ideas de Zhou Enlai en este período: primero, excepto por la diplomacia –que debe estar unificada bajo el Gobierno central de la RPCh–, todos los poderes militares y gubernamentales de Taiwán, así como las nombramientos de personal, serían encargados íntegramente a Jiang Jieshi (líder del Kuomintang en Taiwán); segundo, el Gobierno central cubriría totalmente cualquier déficit de fondos para los gastos militares, gubernamentales y de........