Usualmente, la evolución de las variables que caracterizan al mercado laboral sigue con algo de rezago al ciclo económico. Períodos de crecimiento vienen acompañados por un aumento gradual en el número de ocupados. El estancamiento genera el efecto inverso: menos personas empleadas y más cesantes en el tiempo.

El Chile de la administración del Presidente Gabriel Boric ha sido un fiel reflejo de tal regularidad empírica. Con un nivel de actividad agregado que se ha mantenido estancado desde el inicio de esta administración, el mercado laboral ha mostrado un gradual deterioro. En el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (trimestre móvil febrero-abril de 2023), la tasa de desocupación alcanzó un 8,7%, lo que representa un aumento de un punto porcentual respecto del mismo período del año anterior. Para mujeres, la cifra se elevó a un 9,5%. Por otra parte, la tasa de ocupación informal también aumentó en doce meses, alcanzando el 27,4%. Así, el número de personas ocupadas informales aumentó un 4,8% en el mismo período entre las mujeres y un 1% entre los hombres. Los datos administrativos, por su parte, dan cuenta de un estancamiento en la cantidad de cotizantes (0% en doce meses). Y, aun cuando el boletín publicado por el INE es particularmente escueto en cuanto a la caracterización del mercado laboral por tramos etarios, es posible inferir que la desocupación y la precariedad en el empleo deben ser complejas entre los más jóvenes.

Así descrita, la situación debería preocupar a todas las autoridades políticas. En este caso, sin embargo, tal inquietud no es evidente. Y es que el deterioro en el mercado laboral aparece relegado por los festejos asociados con la aprobación o avance de un conjunto de leyes que son interpretadas como logros laborales por parte importante de la clase política. Estas incluyen la reducción de la jornada a 40 horas y el proyecto que implicaría un significativo aumento del salario mínimo, el cual incluye, además, un deficiente diseño de un sistema de subsidio compensatorio para las pymes. Se trata de iniciativas originadas desde la izquierda, pero aceptadas irreflexivamente por una parte de la oposición sin siquiera reparar en la evolución de las cifras de empleo o sus efectos de largo plazo. Central ha sido también el apoyo de gremios que reúnen a grandes empresas, que no han calibrado suficientemente el impacto económico que este tipo de medidas tienen sobre el conjunto del país. Se trata de una actitud que, de persistir, se hará funcional a la particular estrategia de “desparlamentarizar” el debate anunciada por figuras del oficialismo luego de su derrota electoral de mayo, en una suerte de neocorporativismo que pretende relegar el papel del Congreso, limitándolo al de ratificar acuerdos previamente alcanzados con los grupos de interés.

Estas políticas son propuestas, además, en momentos en que el mercado laboral está siendo transformado por la incorporación de la automatización y de tecnologías que reducen la necesidad de personas en los procesos productivos. En Chile, este fenómeno es también incentivado por decisiones judiciales que rigidizan el empleo. No sorprende, entonces, que parte importante de la creación de nuevos puestos de trabajo esté siendo originada desde el Estado.

Reconociendo implícitamente los riesgos de una agenda que impone una camisa de fuerza sobre las relaciones laborales, se ha argumentado que la gradualidad en la implementación de las medidas debería reducir sus efectos negativos. Ello desconoce que los agentes económicos anticipan el impacto de las medidas y realizan los ajustes respectivos. Por lo tanto, no es posible descartar que el empeoramiento de los principales indicadores laborales esté siendo influenciado por estas fuerzas.

Equivocadas medidas económicas tarde o temprano surten los efectos previsibles. En el caso del mercado laboral, una estructural inercia hace que los mismos perduren en el tiempo, transformándose en una herencia tan pesada como irrenunciable. El Presidente Boric, en su Cuenta Pública de hoy, tiene la oportunidad de anunciar planes que corrijan estos errores y, así, evitar que ese sea su legado.
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Preocupante legado laboral

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01.06.2023
Usualmente, la evolución de las variables que caracterizan al mercado laboral sigue con algo de rezago al ciclo económico. Períodos de crecimiento vienen acompañados por un aumento gradual en el número de ocupados. El estancamiento genera el efecto inverso: menos personas empleadas y más cesantes en el tiempo.

El Chile de la administración del Presidente Gabriel Boric ha sido un fiel reflejo de tal regularidad empírica. Con un nivel de actividad agregado que se ha mantenido estancado desde el inicio de esta administración, el mercado laboral ha mostrado un gradual deterioro. En el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas (trimestre móvil febrero-abril de 2023), la tasa de desocupación alcanzó un 8,7%, lo que representa un aumento de un punto porcentual respecto del mismo período del año anterior. Para mujeres, la cifra se elevó a un 9,5%. Por otra parte, la tasa de ocupación informal también aumentó en doce meses, alcanzando el 27,4%. Así, el número de personas ocupadas informales aumentó un 4,8% en el mismo........

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