La derrota del A Favor
El triunfo del En Contra debe leerse, ante todo, como una derrota del A Favor. La expectativa de los medios, de la clase ilustrada y bien informada y de una mayoría de los analistas era que ganaría la última opción.
De hecho, la oposición había logrado transmitir durante los últimos días una confianza en aumento respecto de su victoria. Todos los astros parecían estar alineándose A Favor, se decía. Incluso el jueves pasado fue calificado como un día horribilis, apuntando a una explosión de elementos que, se suponía, fortalecían el clima del A Favor.
Léase: un indultado por el Presidente Boric aparecía comprometido en un confuso delito; la detención de los protagonistas principales de la corrupción en el caso de la Fundación Democracia Viva en Antofagasta; los rumores in crescendo de una crisis de gabinete; el gobierno en silencio y arrinconado; la amenaza de un colapso de nuestro sistema de salud y, encima de todo, los ecos propagados por las medidas de Milei. Estos venían a reforzar las aspiraciones de nuestra derecha doméstica, convencida anticipadamente de tener al alcance de su mano una Constitución libertaria-conservadora, securitaria y de protección de un orden fuertemente amarrado.
Esa proyección victoriosa, imbuida de espíritu Republicano, tácitamente endilgada contra el gobierno Boric y las izquierdas, debía consagrar un cuadro de hegemonía de derechas. En efecto, la oposición apostaba a que la victoria del A Favor vendría a culminar la acumulación de fuerza electoral iniciada con el “gran rechazo” del 4-S y que luego avanzó arrolladoramente (en apariencia) con la elección de consejeros constitucionales del 7-M pasado.
Ayer esa tendencia ascendente encontraría un cauce todavía mayor con el triunfo del A Favor, abriendo las compuertas para una poderosa corriente que llevaría a Kast al gobierno en dos años y, a las derechas, a coronar su hegemonía desplegando la nueva Constitución del 17-D de........
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