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El rey Juan Carlos y el fin de 50 años de reconciliación

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01.12.2025

Hace medio siglo, los españoles vivían momentos frenéticos. Unos miraban hacia el futuro con esperanza y otros con un tremendo signo de interrogación. De improviso, el país culminaba un ciclo y empezaba aceleradamente otro. Vivían sensaciones del todo inciertas. 

Dichas sensaciones emanaban de dos situaciones muy inéditas. 

Por un lado, provenía de la gran característica observable en ese tránsito que recién iniciaba. Había de por medio un acuerdo. Se tata de una transición pactada. Indefectiblemente, las posibilidades de éxito se asociaban a la destreza y la voluntad que pusieran los actores instalados en el nuevo escenario político. ¿Se mantendrían todos los actores apegados al nuevo libreto de la política nacional?. 

Por otro lado, estaba la muerte de Francisco Franco. Esa circunstancia había desatado una sucesión de vertiginosos acontecimientos y estaba dando paso a un experimento interesante, atractivo y único. 

Las fuerzas salientes y las entrantes habían concordado en que Juan Carlos de Borbón sería entronizado rey. El pacto se basaba en una monarquía como institución vertebradora y garante de la estabilidad. Y junto a aquello, el régimen político sería un parlamentarismo bicameral. 

El experimento partió en 1976. Desde aquel año, España pasó a estar en el epicentro europeo. Podría decirse que, tanto el cadáver mismo de Franco -mejor dicho, sus llamadas “previsiones sucesorias”- como también el desconocido príncipe Juan Carlos, así como los líderes de las fuerzas políticas concurrentes, se transformaron en protagonistas de un proceso enteramente nuevo y que tendría enormes implicancias y repercusiones. España empezó a cambiar en lo más profundo. Incluso América........

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