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Una elección distinta

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A una semana exacta de las elecciones es importante considerar ciertas situaciones que hacen de ésta una elección distinta. Distinta para el futuro del país, distinta por las circunstancias políticas, económicas, sociales y de seguridad que viven las personas, y distinta por los resultados de la primera vuelta.

No hay elección ganada hasta que se cuenta el último voto.

La candidata Jeannette Jara, que representa al oficialismo y la continuidad del actual gobierno, obtuvo un 26,8% de los votos. Mucho menos que lo esperado por cualquier predicción y del porcentaje de aprobación de Gabriel Boric. Esto conformó una gran derrota para el oficialismo, el socialismo democrático y la Democracia Cristiana. Para la candidata y su partido también.

La campaña de segunda vuelta es otra cosa.

Con este resultado, Jara la candidata del amor se transformó en agresión. Su franja electoral presenta a una mujer que parece no haber sido parte de este gobierno, como si no hubiera estado, como si estos cuatro años no hubieran existido. ¡Qué manera de prometer sin decir con qué dinero hará todo! Ello es irresponsable con las personas. Entregan un país con serios problemas fiscales y, en sus promesas, gastan lo que no hay.

Por cierto, a muchos, dicen algunos, no les interesa que sea comunista. Tal vez no saben lo que es. Quien se lo hizo saber a la gente fuel Carolina Tohá, en su campaña de primarias donde perdió, y después, consecuentemente, desapareció. El marxismo-leninismo no fue una utopía fallida, sino una maquinaria política que, allí donde gobernó, dejó un rastro de represión, pobreza y muerte. En la URSS de Lenin y Stalin significó partidos prohibidos, prensa silenciada, gulags y hambrunas como el Holodomor. En China, el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural costaron decenas de millones de vidas. En Camboya, Pol Pot exterminó a un cuarto de su país. Y en América Latina, Nicaragua, Cuba y Venezuela muestran hasta hoy cómo la “revolución” termina siempre en control estatal, persecución y ruina.

Por ello no es menor que Jeannette Jara haya militado desde los 14 años, hace 37 años, en el marxismo-leninismo: no se trata de una anécdota juvenil, sino de la adhesión temprana a una doctrina que históricamente ha negado libertades básicas, suprimido la democracia y puesto la ideología por encima de la dignidad humana. Chile ya........

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