Las contrariedades como ejercicio |
No es de recibo, el derroche, porque es destructor existencial. De ningún modo, perdamos el tiempo en necedades. Somos seres en incesante cambio, que requiere de todos sus análogos, para superar desconciertos e incertidumbres. Otra de las cuestiones a considerar es la de percibirse, atenderse y entenderse, para poder escuchar a los demás. No olvidemos, que nadie puede amar; si antes, el propio ser, tampoco se quiere. El vínculo está ahí, no podemos fragmentarnos, nos requerimos mutuamente con humildad y valentía. En consecuencia, tanto el desperdicio de fuerzas como el desperdicio de alimentos, es otro de nuestros míseros despechos. Sea como fuere, aceptemos la decepción finita, pero jamás perdamos el infinito anhelo de batallar con sigilo, haciéndolo cada cual consigo........