No fue una independencia con protocolos, fue una independencia con hambre, con tambor, con mulatos y criollos discutiendo en las esquinas de Getsemaní, donde el pueblo ya tenía más conciencia que los notables. Allí se decidió la historia real, entre el ruido del mar y el olor a ron y pólvora.
Y lo más grande, Cartagena de Indias no se independizó para adherirse a nadie. No existía ni Colombia, ni la Gran Colombia, ni la gran nada. Fue un salto al vacío, sin manual ni destino........