Llamamos la atención sobre los riesgos que entraña pretender abandonar, dándole la espalda prematuramente, al petróleo y al carbón, los dos principales renglones de exportación, generadores de divisas y principal fuente de ingresos tanto de la Nación como de las entidades territoriales. Si bien tenemos premura en avanzar en la Transición energética, el apresuramiento en su implementación puede poner en riesgo tanto la seguridad como la soberanía energética del país. La precipitación a la hora de proceder no es buena consejera. Colombia tiene que proceder con cautela y prudencia.
Esta observación........