El pasado miércoles se realizó en Madrid, el Foro Atlántico que anualmente organiza la Fundación Internacional para la Libertad, que lidera el escritor Mario Vargas Llosa. En uno de los paneles previstos para los debates, participó el Dr. Mauricio Rojas, un prestigioso investigador de origen chileno que actualmente se desempeña como integrante del Parlamento de Suecia. Los miembros de la mesa de la que formaba parte Mauricio Rojas, estaban comprometidos a aportar reflexiones respecto a Los Retos y Oportunidades de la política en el mundo actual. Fue allí cuando Mauricio Rojas introdujo la tesis de la Brutalización de la política, postulado que ganó mucha notoriedad a raíz de los conceptos expresados por George L. Mosse, especialmente desde el momento en que publicó su libro Soldados caídos (1990), texto en el que argumenta su teoría, según la cual, “la experiencia de guerra de los soldados del frente en la Primera Guerra Mundial habría sido la causa de los altos niveles de violencia política de la República de Weimar y, por ende, el origen del nacionalsocialismo y el genocidio”.
Bajo el paraguas de ese concepto se han venido dando diferentes hechos políticos relacionados con ese modelo de la Brutalización de la política. El más reciente ha sido la caricatura de “golpe de estado” escenificado en Bolivia, país sudamericano en el que un general apellidado Zúñiga, con su uniforme tachonado de medallas, no se sabe ganadas dónde y cómo, encabeza una penosa puesta en escena de un montaje militarista con un desenlace con mucha pena y sin nada de gloria.
En Bolivia, inicialmente........