Existen serios motivos para preguntarse que pudo haber pasado para que las relaciones entre el gobierno de Nicaragua y la iglesia católica haya llegado a tal degradación. Me pregunto debido a que desde la época colonial hasta el presente, la Iglesia ha desempeñado un papel central en la vida social, política y espiritual de la nación.
En efecto, una visita papal es un acontecimiento de gran importancia para los países católicos y Nicaragua ha sido honrada con la visita en dos ocasiones en su historia. El Papa Juan Pablo II visitó Nicaragua en 1983 y 1996, Estas visitas han sido oportunidades para fortalecer los lazos entre la Iglesia y entre ambos Estados, así como para abordar temas de justicia social, paz y reconciliación.
En todo caso, en Nicaragua, los curas católicos han desempeñado un papel activo en la política y en el gobierno. Durante la Revolución Sandinista, sacerdotes como Ernesto Cardenal y Miguel D'Escoto ocuparon cargos gubernamentales de alto nivel, promoviendo una teología de la liberación y abogando por la justicia social y la equidad en la sociedad nicaragüense.
La situación en la actualidad es que las relaciones entre la Iglesia Católica y el gobierno nicaragüense son complejas. Por un lado, la Iglesia sigue desempeñando un papel importante en la promoción de la educación y la ayuda social en todo el país. Por el otro, ha sido crítica con el actual gobierno en temas como la democracia, los derechos humanos y la justicia social pues a raíz de las protestas y la crisis política que comenzaron en 2018, ha actuado como mediadora en el diálogo nacional, buscando promover la paz y la reconciliación.
De hecho, tanto históricamente como en la actualidad, es fundamental para comprender la dinámica política y social del país. Las visitas papales y la participación de sacerdotes en el gobierno han generado tanto momentos de cooperación como de tensión entre la Iglesia y el Estado. La situación actual es compleja y desafiante, ya que enfrentan cuestiones de justicia social, derechos humanos y gobernabilidad democrática. El futuro de esta relación dependerá en gran medida de la evolución política y social del país y de la capacidad de ambos actores para colaborar en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrenta la nación.
En ese mismo tono, las noticias que nos llegan es de un obispo arrestado, curas en prisión y prohibición de desarrollar procesiones y actos religiosos como ofensiva de Ortega contra la Iglesia católica. El gobierno acusa a la iglesia de organizar grupos violentos, incitándolos a ejecutar actos de odio en contra de la población, provocando un ambiente de zozobra y desorden, alterando la paz y la armonía de la comunidad, con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales.
Al parecer el drama hoy es muy complejo debido a que el mandatario nicaragüense afirma que “los obispos, los curas y los papas son una mafia”. El Papa Francisco y tal vez en desespero por los pobres y la persecución a sus sacerdotes, llama al gobierno actual de Nicaragua “es cómo las dictaduras comunistas o hitlerianas, grosera”. Por eso para mí, al tratar de mejorar la situación, la Iglesia y el gobierno deben mantener un diálogo abierto y constructivo para abordar los problemas que afectan a la sociedad nicaragüense, como la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la violencia. Asimismo, es fundamental que tanto la Iglesia como el gobierno respeten la independencia y autonomía de cada institución, para que la Iglesia Católica pueda seguir desempeñando un papel importante en la promoción de la paz y la reconciliación. Y, considero que el Papa Francisco no deberíaresponder desde Europa y venir a Nicaragua no sólo como jefe espiritual de la iglesia sino cómo gobernante máximo del Estado del Vaticano.
Luis Hernán Tabares Agudelo
Existen serios motivos para preguntarse que pudo haber pasado para que las relaciones entre el gobierno de Nicaragua y la iglesia católica haya llegado a tal degradación. Me pregunto debido a que desde la época colonial hasta el presente, la Iglesia ha desempeñado un papel central en la vida social, política y espiritual de la nación.
En efecto, una visita papal es un acontecimiento de gran importancia para los países católicos y Nicaragua ha sido honrada con la visita en dos ocasiones en su historia. El Papa Juan Pablo II visitó Nicaragua en 1983 y 1996, Estas visitas han sido oportunidades para fortalecer los lazos entre la Iglesia y entre ambos Estados, así como para abordar temas de justicia social, paz y reconciliación.
En todo caso, en Nicaragua, los curas católicos han desempeñado un papel activo en la política y en el gobierno. Durante la Revolución Sandinista, sacerdotes como Ernesto Cardenal y Miguel D'Escoto ocuparon cargos gubernamentales........