Derrumbe de la 30 | Los lectores escriben

Cualquier barranquillero pensaría que “los bobales” que llamaba Álvaro Cepeda S. se habían extinguido. Pero no, están vivitos, gozando de buena de salud y disfrutando de las mieles del poder político, económico, gremial y social. Este sainete del derrumbe del puente de la calle 30 parece comprobarlo.

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