Para escribir mi columna de cierre de 2023, no me voy a unir a las voces de las viudas del poder que respiran por la herida de haber perdido la teta del erario. Tampoco me uniré al improductivo nuevo deporte nacional de: “aniquilemos irreflexivamente al gobierno”, mucho menos seré defensor a ciegas de un gobierno con muchísimos desaciertos.
Ni lo uno ni lo otro, prefiero correr el riesgo de ser objeto del macartismo, que apabulla sin misericordia a los colombianos quienes hemos decidido, la independencia de la manía estrategia de alienación de incautos en un espectro: izquierda, centro y derecha, cuando precisamente todos con “T” mayúscula son responsables que Colombia........