El hombre que, estragado por la inanición y la tuberculosis, recibió hace cien años una piadosa inyección letal de morfina en un sanatorio a orillas del Danubio, se llamaba Franz Kafka Löwy y no llegó a cumplir 41 años. En este 2024 que ya entra en su recta final, año de grandes aniversarios para las letras universales, el centenario de esa triste muerte sigue incomodando a quienes no quieren ya saber nada de los clásicos. Porque en eso se convirtió aquel escritor, cuya obra se publicó en contra de su voluntad, aquel que nunca asistió a un conversatorio ni a una feria del libro.
Con todo, «Kafka es el gran escritor clásico de nuestro atormentado y extraño siglo», como escribió uno de sus más memorables discípulos.........