Hasta en la victoria la falta de compromiso y la incoherencia por parte del gobierno es total. Tras una victoria en el Senado, el presidente está dispuesto a poner en peligro todo el progreso por obtener aún más, ignorando los logros alcanzados frente a la reforma pensional. Parece incapaz de comprender el valor de sus propias acciones: consiguió lo que muchos antecesores habían intentado, pero no pudieron debido al temor a la presión ejercida por los jóvenes, quienes son los más perjudicados por esta medida pero que, en esta ocasión extrañamente, no se hicieron presentes.

La reforma pensional acordada representa un avance monumental, ya que logra la eliminación de privilegios en pensiones de alto valor y lo más importante, destina esos ahorros resultantes al beneficio de 2.5 millones de adultos mayores que no lograron pensionarse y ahora van a recibir 230 mil pesos mensuales. No se puede negar, que con esta reforma logró abordar un sistema pensional financieramente insostenible y promover equidad, dado que actualmente solo el 24% de los adultos mayores se benefician de este sistema.

Es desolador que la prioridad del gobierno no sea celebrar y consolidar este logro histórico, sino enredar el proceso legislativo por intereses egoístas. Esto no solo resta confianza en el gobierno, sino que también genera indignación entre aquellos que trabajaron arduamente para lograr los acuerdos, solo para ser despreciados en menos de 24 horas. ¿Qué pensarán los senadores o sus ministros a los que le están haciendo conejo? Porque queda la sensación de que el congreso de la República no es más que baño personal del presidente.

Esta actitud parece reflejar una preferencia por la negociación constante en lugar de consolidar avances reales, o, ¿será que detrás de estas acciones existe una estrategia para socavar su propia reforma y luego culpar a la "oligarquía", avivando así la polarización política y justificando la necesidad de una asamblea constituyente?

Esta constante volatilidad en las decisiones gubernamentales carcome los cimientos de la democracia, convirtiendo lo válido de un día en irrelevante al siguiente. Se ha vuelto más importante para el gobierno ganar todas las batallas políticas que abordar las necesidades reales de esos adultos mayores que con su trabajo desde cualquier escenario han construido este país y a los cuales con esta reforma se les cambiaría la vida por completo.

En este nuevo mundo donde la palabra no vale nada, donde lo que pasa hoy, deja de ser válido mañana, donde es más importante ganarlas todas que resolverle a la gente, lo que siempre tenemos que pedirle a nuestro líder y presidente, es coherencia. Es hora de que el gobierno priorice el bienestar de la gente sobre sus propios intereses políticos.

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Coherencia | Columna de Miguel Vergara

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27.04.2024

Hasta en la victoria la falta de compromiso y la incoherencia por parte del gobierno es total. Tras una victoria en el Senado, el presidente está dispuesto a poner en peligro todo el progreso por obtener aún más, ignorando los logros alcanzados frente a la reforma pensional. Parece incapaz de comprender el valor de sus propias acciones: consiguió lo que muchos antecesores habían intentado, pero no pudieron debido al temor a la presión ejercida por los jóvenes, quienes son los más perjudicados por esta medida pero que, en esta ocasión extrañamente, no se hicieron presentes.

La reforma pensional acordada representa un avance monumental, ya que logra la eliminación de privilegios en........

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