Gustavo Petro vive de inventar profecías y conspiraciones. Tras varios meses diciendo que le quieren hacer un golpe de Estado, esta semana convirtió al Consejo Nacional Electoral (CNE) en su villano de turno. La realidad es que nadie le quiere hacer un golpe al Presidente: lo que el país quiere es que llegue pronto el 7 de agosto de 2026 para comenzar la reconstrucción y tener un gobierno que de verdad trabaje por la gente –por el empleo, la seguridad y la inclusión–, con hechos y no con palabras.
El Presidente está llamando a una insurrección para “ir por el poder” (lo que quiera que eso signifique) e incendiar al país, tal y como intentó hacer un grupo de encapuchados con un policía el pasado miércoles.
Este discurso y la falta de orden ya nos empiezan a costar, no solo en términos del clima social y político, de polarización y tensión, sino de dinero puro y duro.
El pasado martes, Ecopetrol lanzó una emisión de bonos en el mercado internacional por........