En Davos, en su conocido populismo ambientalista, Petro insistió en la línea que echó en Dubái: he “decidido no contratar más exploraciones de petróleo, gas y carbón”, lo que lo confirma como el único presidente de país productor de combustibles fósiles del mundo que se atreve a tamaño desatino, haciendo además un ridículo internacional.
Si en esos eventos nadie contradice a Petro, es por cortesía diplomática, pero qué dirán en privado y cómo suena de duro en su contra el silencio de los países latinoamericanos petroleros dejándolo solo en su disparate, entre otros, Brasil, México, Venezuela, Guyana, Ecuador y Argentina.
Algún petrista caritativo debería decirle a Petro cómo es de incoherente que en sus viajes busque inversionistas extranjeros y que, al mismo tiempo, aparezca gobernando al país con tanta estulticia y arbitrariedad, ¡en el sector que aporta más de la mitad de las........