No más engaño con los trenes | Columna de Jorge E. Robledo
Empiezo por decir que me gustan los trenes. Mientras pueda me subo en uno y he viajado bastante en ellos. Y en mi esfuerzo por comprenderles sus posibilidades y limitaciones concluí algo clave que suele olvidarse: cada medio de locomoción debe ser el mejor para cada necesidad: gatear, caminar o correr, ir en triciclo, en bicicleta o en moto, en automóvil, buseta, bus o BRT (transmilenio), en tren, en tranvía o en metro ligero o pesado y de superficie o subterráneo, dependiendo de las circunstancias. Cero dogmatismos.
Los vehículos que usan rieles exigen pendientes muy menores y amplios radios de giro –que en montaña les imponen costosos viaductos y túneles– y cargas grandes y numerosos pasajeros, condiciones que les restaron competitividad a los trenes cuando aparecieron automóviles, buses y camiones, que también les sacaron ventaja por podergirar en curvas cerradas y detenerse para cargue y descargue........
© El Heraldo
visit website