La resistencia ambientalista en Barranquilla ha ido ganando protagonismo. A veces, desde las recortadas perspectivas localistas, no alcanzamos a divisar que ésta está engarzada en las luchas mundiales animadas por las grandes preocupaciones de la humanidad derivadas de la crisis climática, que no es otra cosa que la amenaza destructora del calentamiento global del planeta.
Apenas empezamos a percatarnos de que hemos sido violentos con los ecosistemas. Hemos contaminado y seguimos contaminando el río Magdalena, la ciénaga de Mallorquín y el sistema de caños. Y un urbanismo depredador ha venido pasando su cizalla arrasadora sobre las reservas........