La encrucijada de La Guajira |
La operación férrea de Cerrejón, columna vertebral de la economía guajira, vuelve a ser objeto de graves afectaciones. Lo que debería ser un activo protegido por su carácter estratégico, se ha convertido en escenario de bloqueos, atentados y confrontaciones que trascienden lo empresarial y ponen de relieve la incapacidad del Estado para asumir sus obligaciones constitucionales.
Más allá de los episodios de violencia, la problemática evidencia un desorden social incubado durante décadas por la desidia estatal, agravado por liderazgos locales que han convertido la necesidad legítima en instrumento de manipulación.
El Estado, gran ausente
La Constitución es clara: es el Estado quien debe garantizar derechos fundamentales como el agua, la salud, la educación y la seguridad. Sin embargo, en La Guajira esa responsabilidad se diluye en discursos, planes incompletos y promesas incumplidas. La incapacidad para proveer servicios básicos y dignificar a la población ha generado un vacío que se llena con vías de hecho y negociaciones improvisadas.
Paradójicamente, mientras los funcionarios se jactan de reconocer la deuda histórica con el departamento, la realidad cotidiana muestra comunidades atrapadas en el abandono, con un presente........