En la vida somos continuos aprendices. En la rauda dinámica de la existencia descubrimos realidades que ponen a prueba nuestros conocimientos y habilidades; exigiendo, en algunos casos, soltar los que ya tenemos y nos enfoquemos en el desarrollo de otros bien diferentes. Dejar de aprender es dejar de responder a los desafíos que la vida, con su complejidad, nos plantea diariamente. Hay que reconocer que siempre tenemos la posibilidad de volvernos obsoletos y que la única forma de evitarlo es estar abiertos a los continuos cambios y novedades.
Un enemigo concreto de esta dinámica es la seguridad que da los conocimientos adquiridos. Algunos creen........