Siempre habrá personas envidiosas a nuestro alrededor. Son individuos inseguros, cargados de frustración y miedos, que desean lo que poseemos o aspiran a ser como nosotros. Algunos de ellos son exitosos pero no disfrutan lo que tienen, fijando su atención en las pequeñas posesiones de otros, como el Rey Ajab con la viña de Nabot (1 Reyes 21,1-29). Otros, en cambio, han desperdiciado las oportunidades de la vida y, desde su frustración, encuentran sentido a su existencia deseando lo ajeno.
Estas personas existen, y no podemos evitarlo, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante sus estímulos. Desde mi búsqueda espiritual, identifico cuatro actitudes........