Más de 12 mil aviones “Airbus” dominan el aire, acortando distancias para reunir familias, apresurar negocios, impulsar el turismo, las economías, el comercio. Por eso el anuncio que hicieron la última semana sacudió a la industria de la aviación: miles de vuelos retrasados, decenas de compañías aéreas afectadas, una familia A320 puesta en vilo.

La historia comenzó con un incidente serio: un avión de la familia A320 sufrió una pérdida de altitud inesperada durante un vuelo, y la investigación preliminar identificó una causa: la intensa radiación solar había corrompido datos críticos del sistema de control de vuelo —el módulo ELAC—, tecnología que determina comandos vitales sobre alerones y elevadores. Ese riesgo era lo suficientemente grave como para emitir de inmediato una AOT (Alerta a Operadores): sin la corrección pertinente, esos aviones no debían volar.

El susto fue global: unas seis mil aeronaves A320 fueron señaladas como potencialmente vulnerables, forzando a una de las mayores movilizaciones correctivas en la historia de la aviación comercial. Durante el fin de semana, aerolíneas del mundo —desde Europa hasta Estados........

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