Ayer, en su primera conferencia matutina de enero, el presidente López Obrador expuso que el presupuesto federal de 2024 tiene tres prioridades:
Garantizar los incrementos y el mantenimiento de los programas para el bienestar, así como el acceso a servicios de salud; no dejar obras inconclusas y que no falte presupuesto para las que están en proceso, y mejorar la situación salarial y basificar a trabajadores al servicio del Estado.
Pero, ¿el presupuesto va a alcanzar para eso y más? Esa es justo la razón que está detrás de la ampliación del déficit presupuestario a 4.9 por ciento del PIB en 2024 desde el 3.3 por ciento estimado para 2023.
El argumento oficial es que el déficit en las finanzas públicas, que en 2024 será el más elevado desde finales de los años ochenta, se dará una sola vez y tendrá impacto directo en el crecimiento a través del desarrollo de los proyectos de infraestructura.
La pregunta que sigue sin respuesta es qué va a pasar cuando concluyan los proyectos prioritarios de infraestructura, como el Tren Maya, en términos de su efecto multiplicador en la........