Focos de contaminación

Tan larga y deshilvanada ha sido la campaña electoral que la atención está puesta no tanto en ella, como en su entorno. Y cuanto acontece está generando focos de contaminación que más vale sanear o disolver, antes de emponzoñar la competencia.

A querer o no, los próximos días imponen una pausa, un descenso de la actividad presidencial, legislativa y proselitista. Si ese paréntesis no se aprovecha para desanudar enredos, ajustar estrategias, replantear objetivos y revisar hasta dónde se puede llevar la tensión política, no habrá por qué asombrarse si el cuadro se complica.

Como otras veces se están negando los vasos comunicantes entre los conflictos y los problemas, susceptibles de infectar el proceso electoral. Persistir en esa idea puede deparar una jornada electoral de pronóstico reservado no tanto en el resultado, como en su desenlace y consecuencia, sobre todo, si en algún momento Xóchitl Gálvez cierra la distancia y se muestra competitiva.

Insistir en que cuanto peor le vaya al otro mejor para uno, puede desembocar en un desastre compartido o una democracia quebrantada.

Muchos de los actores políticos, en el más amplio sentido de la palabra, están perdiendo autoridad y credibilidad. De llegarse a requerir su intervención sea para zanjar dificultades o mediar en ellas, no podrán hacerlo. Se está ignorando la importancia de contar con referentes.

En la trampa del fundamentalismo cayó la mayoría de........

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