México se juega en estos días su futuro; y esto sucede porque habrá de definirse si la conformación de fuerzas en las dos Cámaras del Congreso de la Unión, permanece o no en los términos ya decididos por el Instituto Nacional Electoral: toca ahora el turno al Tribunal Electoral, que resolverá las impugnaciones planteadas por partidos y ciudadanos con relación al modo en que ha de interpretarse la Constitución, la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, y la Ley General de Partidos Políticos, sobre el tema referente al reparto de diputaciones y senadurías por el principio de representación proporcional.
De confirmarse la resolución del INE, el bloque de diputados y senadores de Morena y sus aliados contarán con una votación calificada que sería suficiente para cambiar no sólo las leyes sino también, incluso, el texto constitucional. El éxito de las iniciativas encaminadas a reformar la Constitución para eliminar órganos constitucionales autónomos o cambiar los mecanismos para la designación de jueces, magistrados y ministros, depende de la manera en que el Tribunal Electoral lea e interprete la Constitución y la ley, en torno del reparto de curules entre partidos o coaliciones, según el propósito para el que tales figuras existen.
El cómputo de la elección arrojó como resultado el siguiente: la coalición encabezada por Morena obtuvo un 59.75% de los votos emitidos, mientras que aquella encabezada por el PRI y el PAN obtuvo solamente el 27.45% de los votos, y MC un total de 10.32%. El resto de los votos fueron nulos o se expidieron a favor de candidatos no registrados.
El viernes pasado se dio a conocer la resolución del INE a través del cual se asignaron diputaciones y senadurías por el principio de representación proporcional, quedando de la siguiente manera: de los 200 diputados plurinominales, 40 le corresponderán al PAN, 26 al PRI, 13 al PT, 20 al Partido Verde, 26 a MC y 75 a Morena. De los 32 senadores........