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Cuando te haces mayor empiezas a pensar que una parte de tu vida pertenece a un tiempo extinguido. Vuelves a pensarlo cuando ciertas costumbres que ponías en práctica hace un puñado de años encajan perfectamente en una serie de época. En una escena de La reina Carlota: Una historia de Los Bridgerton, Lady Danbury aparece con un vestido negro que cumple con las exigencias de su reciente y feliz viudez. Le anuncia a su doncella que va a pasear.
—¿A pasear, mi Lady? ¿Pero a dónde?
—Solo a pasear.
—¿Qué? ¿Cómo una vagabunda o como una poeta? No, no puedo permitirlo. Tengo que acompañarla.
Lady Danbury se sale con la suya. Durante su paseo en soledad, se sienta debajo de un cobertizo, en una pequeña cabaña, se quita los zapatos y se masajea los pies. En ese momento llega Lord Ledger, un noble inglés que ella conoce. Entre los dos surge un intercambio de opiniones sobre la diferencia entre pasear y deambular. A Lord Ledger........