Al expulsar funcionarios de la embajada argentina, para responder a su deslenguado presidente, y apenas reconvenir amablemente a la dictadura venezolana por sus más recientes atropellos a los derechos humanos y la democracia, burlándose de paso del acuerdo de Barbados, el Gobierno colombiano mide con varas diferentes las distancias de su política exterior. Al responder a dos ofensas podrían considerar que Milei fue elegido democráticamente mientras Maduro es, simple y llanamente, un cada vez más cínico dictador.
Milei como Petro, seguramente por las mismas razones, como fortalecer su imagen ante sus seguidores e identificarse y alinearse con una postura ideológica en particular, frecuentemente opinan sobre lo divino y lo humano sin considerar los efectos en la diplomacia o el comercio exterior. No se construye la unidad latinoamericana que ambos han invocado con una competencia de ofensas entre presidentes.
En dos largos siglos la política exterior de Colombia no........