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Había muerto monseñor
Les hablo desde el Medellín “de mi tiempo”. Está aún con ustedes un hombre de bastante más de ochenta años. Habla de lo que él llama sus recuerdos de insomnio. Buen título que desde ya adopta para cuando comience a escribir sus memorias.
Bien, empecemos. Eran algo así como las cinco y media de la tarde de un día todavía caluroso. Yo andaba de pantalón corto, las rodillas medio peladas y grises; mi papá aún no regresaba de la editorial Granamérica en su viejo cacharro Buick 39. Subiría a Buenos Aires, el barrio (carrera 39, No. 49-12) vestido de paño café y sombrero de fieltro, no importa que hubiera pasado la tarde en mangas de camisa, bregando con los linotipos y la armadura de........
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