El gobierno Petro ha sido errático, confuso, poco eficiente y hablador en exceso. Así entrega terreno fácil para que lo ataquen. Pero ha logrado, por azar o por la época que le tocó administrar, que sus opositores más visibles exhiban tanta mediocridad como la que estos le adjudican a él. O más: los JotaPé, los Polos, las berrinchudas del Congreso, los risibles precandidatos presidenciales, las bodegas calumniosas del oscuro mundo digital que trabajan día y noche gracias a la paga de unos nuevos ricos que se creen herederos de casta, se ubican, por la forma en que se expresan y comportan, por debajo de aquellos a quienes critican. Mírenlos, escúchenlos y saquen sus conclusiones. El Ejecutivo también ha conseguido que el establecimiento entero esté en su contra no solo porque, al ser de izquierda y de una clase social que jamás tuvo mando, es el primero en significar una verdadera alternancia del poder en Colombia (según dice el investigador León Valencia), sino porque su jefe, el presidente, puso sobre el tapete problemas vedados en los gobiernos anteriores por la complejidad de los intereses particulares en juego y el alto riesgo de fracaso: sistema laboral, de salud, de pensiones, etc.
Sí, Petro, sin ningún aliado, da papaya diaria y sus odiadores, que le examinan hasta una........